¿Qué tipo de suela debemos utilizar según el objetivo del calzado?

En la actualidad, el consumidor cuenta cada día con más fuentes de información para tomar sus decisiones de compra. De esta manera, surgen múltiples alternativas para elegir cuando desean adquirir un producto. Por ello, la variedad de calzado a elegir a día de hoy es también extensa y aunque muchos clientes se preocupan por elegir el tipo de calzado adecuado para cada situación, otros no tienen en cuenta esto, ya sea por desconocimiento sobre la materia o bien por no terminar de entender algunas diferencias clave. Así, para seleccionar un calzado apropiado conviene indicarles las diferencias de cada uno para que conozcan qué tipo de suela les resultará más útil según la actividad que vayan a realizar.


Tipos de suela: ¿cómo distinguirlos?

Aunque existen otros factores relevantes a la hora de elegir calzado, (como, por ejemplo, el tipo de pisada, la altura y flexibilidad del arco, el peso y altura o el historial de lesiones y dolencias) un primer paso importante sería adecuar la suela del calzado al objetivo que se persigue. 

A grandes rasgos, distinguimos entre dos tipos de suela: blanda (o flexible) y dura. Para categorizar una suela como uno de estos dos tipos hay que tener en cuenta dos factores: flexibilidad y amortiguación. De esta manera, entendemos flexibilidad como la capacidad de la zapatilla para doblarse al ejercer presión hacia dentro y amortiguación como la resistencia del calzado al impacto que producimos con nuestras pisadas al realizar la actividad, considerando además que este puede llegar a ser cinco veces nuestro peso corporal. 

Además, según los materiales de los que esté hecho el calzado, la tendencia irá hacia ser más blanda o más dura. Así, las suelas de goma son bastante versátiles, pues pese a ser flexibles también amortiguan muy bien. Las de caucho, por su parte, son también flexibles (aunque en menor medida) y resistentes. El crepé, en cambio, es más duro que el caucho. En cuanto a los termoplásticos, son poco recomendables las suelas de PVC, ya que son poco flexibles y se rompen con facilidad, y más aconsejables las de TPU, material cuyo comportamiento es similar al del caucho.

Elegir la suela en función de la actividad



En una entrevista reciente al responsable del Ministerio de Deporte de Colombia, se comenta que el gobierno actual pretende cerrar su legislatura con una inversión de 2,2 billones de dólares en materia deportiva, más de la mitad de ello en concepto de infraestructuras. Además, en 2022 se pretende duplicar el número de niños que acuden a alguna actividad deportiva extraescolar, para lo que se ha triplicado el presupuesto referido a esta subcategoría. Considerando estos factores y pese a tener previamente una cultura del deporte, Colombia está empezando ahora a expandir sus miras hacia nuevos perfiles poblacionales que probablemente tengan inquietudes deportivas dispares. Es por ello que muchas personas necesitarán saber qué tipo de suela les conviene usar dependiendo de la disciplina en la que se quieran desenvolver. A continuación, citamos algunas de las más comunes y qué suela podría resultar más óptima:

Running: aunque en ocasiones no se recomienda un calzado excesivamente flexible, la suela sí que debe tener un perfil más blando para evitar un desgaste articular innecesario.

Ciclismo: al tratarse de un deporte muy distinto a otras actividades donde nos movemos con nuestro cuerpo sin usar ninguna otra herramienta, el ciclismo demanda una suela dura que permita transmitir directamente la fuerza del tren inferior hacia los pedales sin involucrar en exceso los pies.

Spinning: como sucede en el ciclismo, lo ideal sería utilizar una suela también dura, principalmente para ayudar a repartir correctamente nuestro peso corporal mientras realizamos la actividad.

Fútbol: si bien hay diferencias según el terreno en el que juguemos (césped natural, artificial, moqueta, indoor…), usualmente se producen modelos blandos (flexibles). Es necesario tener presente estos factores a la hora de tomar una decisión.

Baloncesto: pese a que se aconseja una suela más bien blanda, lo será en menor medida que en otras disciplinas. Tanto es así que lo ideal es ir equipados con una suela de caucho (preferentemente termoplástico si jugamos en parqué), el cual ya destacamos anteriormente que tenía una flexibilidad menor, pero que cuenta con una gran amortiguación, primordial para evitar lesiones al aterrizar después de una suspensión.

Tenis: siguiendo la dinámica de otros deportes, la superficie jugará un papel decisivo en nuestra elección, ya que una pista de tierra batida o de hierba demandará menos amortiguación y resistencia que una dura. En general, podemos utilizar cualquier suela siempre que el calzado en sí esté preparado para este deporte en concreto.

Deportes o actividades de montaña: a diferencia de lo que puede parecer, en estos deportes prima más la calidad del material en sí que la flexibilidad y resistencia del calzado. De hecho, si solo podemos decantarnos por uno de los dos extremos, lo recomendable sería escoger el blando.

Calzado diario: para nuestra rutina, debemos darle prioridad a las suelas como el crepé, muy común en zapatos, botas, etc. Esta suela no llega a ser dura, pero lo es más que otros derivados del caucho. Esto conlleva una mayor amortiguación sin apenas pérdida de flexibilidad. En resumen, buscamos una suela bastante versátil.

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